Caballos de viento
De pequeño subía encima de mis sueños,
jugaba en los rincones de mis pensamientos.
A veces encontraba dibujos surrealistas,
de esos, que al mismo Picasso deslumbraría.
De grande no puedo buscar en mi desván
desenfrenado, selvático, parece impenetrable.
Mil caballos corren junto a mis anhelos.
No es fácil detenerlos, sólo acompañarlos…
¿Ahora qué hago con mis pensamientos?
Sólo debo domar los caballos de viento...